Sunday 6 May 2018

Semana Santa 2017

Día 1
Fui andando a Avenida América donde mis compañeros me iban a recoger. Parecía algo ridículo en plena ciudad con una colchoneta enorme, una mochila con un casco colgado etc. La furgoneta tardó bastante en llegar, algo muy de esperar en España, así que pasé por Hontanares a comprar una de las mejores palmeras de Madrid. Por fin llegaron, metí mis cosas y salimos de Madrid, destino pre-Pirineo.


El Rey
Una parada obligatoria en un Mercadona de Torrejon de Ardoz, donde nos volvimos locos, comprando todo tipo de mierda a mansalva. Barritas, ¡sí! Chocolate, ¡Obvio! Pasteles también, ¿Por qué no?


Luego, en el medio de la nada, recorriendo carreteras estrechas con paredes de caliza alzándose a ambos lados, nos detuvimos en la panadería de un pueblecito. En la panadería, una cosa enana que parecía la cocina de una familia, colgaba detrás del mostrador una foto firmada por el rey de la escalada: Chris Sharma. ¡Habíamos llegado!


Llegamos por la tarde a la escuela de Terradets: un acantilado enorme de caliza naranja surcada por una pequeña franja verde de arbustos y árboles: una feixa en catalán.

largo 34567

Aquí empezamos a escalar. La verdad es que solo conocía a Diego por aquel entonces y el solo de hacer bloque. La escalada deportiva es otro rollo, por así decirlo: de técnica, de asegurar y sobre todo, de tirarse arriba de primero, confiando en tu pareja. Y no sabía cómo iba a ser. Había hecho mucha escalada deportiva, pero hacía muchos años y estaba algo oxidado. Y de la experiencia de Diego tampoco sabía nada. Nos lo echamos a chinos, y él se tiró de primero en el primer largo. Luego me contó que tuvo las mismas dudas sobre mí. Afortunadamente, procuré no matarle, ni él a mí, y al cabo de un par de largos nos movíamos con más soltura.


Día 2: Mescalina y el Buitre
Se dice que ‘a quien madruga, dios le ayuda,’ y cuando vas de vacaciones con Miguel ‘Mihau’ Bonnet, dios te ayuda mucho. Nada mas sonar el despertador y el grito de ‘Vamos’ provenía de su cama en la furgoneta. Diego y yo, bloqueros, y mal acostumbrados al ritmo alpino, nos quejamos un montón, llamándole cagaprisas en cada momento. Pero al final se agradece tener un cagaprisas a bordo, acabas haciendo más cosas, sobre todo cuando se trata de ‘viotes’ en que puedes tardar 6 horas.


Bueno, aquel día tocaba Mescalina, una vía de 16 largos. Empezamos abajo titiritando de frío hasta que el sol empezó a dar en la pared. No hay nada como escalar con españoles para hacer a uno sentirse muy inglés. Empecé a sudar, me eché un bote de crema solar y aun así parecía una gamba. Ellos seguían completamente iguales.


Un sufrimiento, los pies ardiendo de los pies de gato, dolor de cuerpo de estar con el arnés en las reuniones colgadas, deshidratados pese al agua que llevamos, arrastrando nuestros cuerpos cada vez más altos en la pared. Juraría que hasta los españoles empezaron a sufrir un poco.

Llevábamos 4 horas así, y quedaban pocos largos por hacer. Diego iba de primero, Mihau asegurándole y yo agachado en la sombra. Diego escaló rápido y pronto desapareció de nuestra vista, Mihau siguió dándole cuerda. Después de un rato nos parecía que Diego había parado; no tiró de la cuerda. ¿Habrá llegado quizás? Una pausa prolongada y abajo empezamos a
preocuparnos.

Mar de caliza

‘¿Estás en la reunión?’


La respuesta, en voz tan baja que casi no se oía con el viento:


‘Lo veo… pero hay un buitre en la repisa.’


Mihau le bajó lo más rápido que pudo y nos piramos de allí pitando en rápel hasta la feixa. Una putada habernos quedado tan cerca, pero mejor una retirada honrosa que ser el gillipollas que jode la nidificación de los buitres y consigue que el ayuntamiento prohíba la escalada en Terradets.

1 comment: